Y allí estaba, tan sola como la primera vez, al igual que todas las veces…
Sin embargo, él, en el otro extremo del cuarto, quieto y meditabundo, disfrutando de aquel instante al igual que todos los días, sin darse cuenta que allí se encontraba su sombra esquiva derrumbándose frente al espejo.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home